Mundo distorcionado
Dícese de la hipocresía como el acto concurrente de
aparentar cualidades, creencias y sentimientos que uno no realiza, pero que
se exigen a los demás.
La hipocresía puede crearse por la necesidad de ocultar sentimientos y opiniones reales debido a una presión social del ¿Qué dirán?, que básicamente obliga a alguien a ir en contra de aquello que cree. La hipocresía no es simplemente la inconsistencia de lo que defendemos y hacemos, sino esconde algo más, algo que quizás muy pocos se atreven a decir.
Una persona hipócrita es aquella que cree ser virtuosamente perfecta y crea una falsa visión
de su persona sobre los demás, se pone como ejemplo ante las diferentes
situaciones y pide que se actué de la misma manera y si fuera poco también exige
que se felicite y resalte sus acciones que a decir verdad están muy fuera de la
realidad.
Una vida llena de mentiras y engaños que tienen que ser
fuertemente creídos por uno, para así crear ese aspecto superficial que los demás
creen que somos, esta hipocresía que nos molda para fingir ser alguien que no
somos, ya sea para un beneficio social frente a los demás o simplemente
engañarse a uno mismo y creer ser aquella persona perfecta que en algún momento,
antes de abrir los ojos, se imaginaron que seriamos.
En el mundo moderno la hipocresía se ha vuelto parte de una
regla, parte de la sociedad, de algo que todos debemos seguir si deseamos
movernos libremente en este mundo, buscando las opiniones y acciones correctas,
muchas de ellas falsas.
La verdad duele, es verdad, pero sigue
siendo la verdad.
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